lunes, 31 de mayo de 2010

Lentejas con arroz

TIPO DE RECETA: POTAJES.

CONCEPTO: LEGUMBRES.

TIPO: PRIMERO.

DIFICULTAD: FÁCIL.

TIEMPO DE PREPARACIÓN: 15 MINUTOS.

TIEMPO DE COCCIÓN: 1 HORA.

COSTE ECONÓMICO: ECONÓMICO.

NIVEL DE CALORÍAS: ALTO (OPCIONAL) O MEDIO.

TEMPERATURA DE SERVIR: CALIENTE.

TEMPORADA: ÉPOCA DE FRÍO.


Ingredientes para una persona:

100 g. Lentejas

20 g. Arroz

20 g. Cebolla

10 g. Pimientos verdes

10 g. Zanahoria

10 g. Patatas

0.5 g. Ajo.

Sal yodada.

2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.

Agua.

Ingredientes optativos:

una cucharadita de pimentón dulce.

20 gr. de chorizo fresco.

25 gr. de panceta.


Técnica culinaria

El día anterior a la preparación del menú, se dejan las lentejas reposar en agua. Se trocean todas las verduras, y se sofríen, una vez doradas, se pasan (opcionalmente cuando la cebolla comienza a quedar transparente se añade el chorizo cortado en trozos y la panceta en tiras, una vez cocinado se aparta del fuego y se echa una cucharadita de pimentón dulce, no se pasa). Las lentejas se ponen a hervir en agua fría, y se le añaden las patatas peladas y cortada a trozos para que se cuezan. Pasados 45 minutos se añade el arroz para que se cueza, asegurándonos de que queda caldo suficiente. Una vez que el arroz esté cocido, se le añaden las verduras pasadas (y el chorizo y la panceta). Por último, se añade sal.

Truco:

Echar un vaso de agua fría para cortar el hervor de las lentejas tres veces, para evitar que las lentejas se rompan durante la cocción.

Si las lentejas quedan muy líquidas se puede triturar un cazo de las mismas para espesarlas.

Los tiempos de cocción son muy variables, lo mejor es probarlas para ver si están bien cocidas.

jueves, 20 de mayo de 2010

Sopa del puchero con arroz

TIPO DE RECETA: CREMAS Y SOPAS.

DIFICULTAD: FÁCIL.

TIEMPO DE PREPARACIÓN: 15 MINUTOS.

TIEMPO DE COCCIÓN: DE 1 A 3 HORAS.

COSTE ECONÓMICO: ECONÓMICO.

NIVEL DE CALORÍAS: ALTO (OPCIONAL) O BAJO.

TEMPERATURA DE SERVIR: CALIENTE.

TEMPORADA: ÉPOCA DE FRÍO.

Ingredientes para una persona:

50 gramos de carne de cerdo (opcional).

Un trozo de tocino fresco, un trozo de morcilla y un trozo de chorizo (opcional para la “pringá”).

Un hueso blanco (opcional).

Un trozo de corteza de jamón (opcional).

100 g. Garbanzos.

20 g. Arroz.

20 gr. de Habichuelas verdes (opcional).

20 g. Cebolla.

20 g. Zanahoria.

10 g. Nabo.

10 g. Apio.

10 g. Puerro.

10 g. Patatas.

Aceite de oliva virgen extra.

Unas hojas de hierbabuena.

Sal yodada.

Técnica culinaria:

    1. Ponemos los garbanzos en remojo, en agua, un mínimo de 12 horas.

    2. Ponemos la carne en una olla, con agua abundante, y cocemos quitando la espuma que irá apareciendo en la superficie.


    3. Cuando deje de aparecer espuma agregamos los garbanzos y la ramita de apio, añadimos el puerro, la cebolla partida, el nabo partido, las zanahorias partidas en rodajas, las patatas partidas en trozos grandes, un chorrito de aceite de oliva y sal. Dejamos cocer al menos un par de horas en olla convencional y una hora si utilizamos una olla a presión, hasta que los garbanzos estén tiernos.


    4. Agregamos el arroz y las habichuelas verdes troceadas (opcional) y dejamos cocer unos 15-20 minutos más.


    5. Servimos el puchero bien caliente junto con una rama de hierbabuena fresca para que el caldo se impregne bien del aroma.

Consejos:

El puchero se come en plato hondo y con cuchara, despacio para saborearlo bien.

Variaciones:

Es un plato típico de la dieta mediterránea, pero la mejora en las condiciones de vida y la modificación de nuestras costumbres, que han hecho que nuestra vida sea más sedentaria, han ocasionado que las necesidades calóricas disminuyan, por lo que en la actualidad se ha prescindido de la tradicional “pringá”, pudiéndose optar por hacer este rico plato sin los ingredientes que hemos puesto como opcionales, para hacerlo mucho más equilibrado, y adecuado a una dieta mediterránea, por lo que si optamos por esta versión podemos enriquecer el plato aún más añadiendo al mismo tiempo que el arroz un puñado de habichuelas verdes planas troceadas.

Para los que opten por la versión más tradicional recordarles que la “pringá” se hace sacando la carne, el tocino, el chorizo y la morcilla en un plato aparte, acompañándolo de un buen trozo de pan cateto.

lunes, 17 de mayo de 2010

Participación y diálogo en la educación I.

El derecho a participar en la sociedad es como la conquista del resto de los derechos a lo largo de la historia, hay que ganárselo, es una lucha que no finaliza cuando se ve publicado en un boletín oficial, este es solo el primer paso de los muchos que son necesarios para que sea asumido por todos como lo que es la participación en la educación, un derecho y una obligación de todos.

Las consultas a la sociedad y a sus interlocutores, por parte de los distintos gobiernos, cuando han existido y se han planteado como tales, a la hora de afrontar cambios o nuevas leyes en educación, no han pasado del puro cumplimiento formal con un requisito democrático, salvo en el caso de la LOGSE, pero vacío de contenido cuando hemos visto su traducción a la realidad.

Pero la cosa no mejora en otras instancias, el dialogo sindicatos profesionales y asociaciones de padres es como máximo simbólico y si no referimos al diálogo padres/profesores o profesorado/alumnado/padres la realidad general no nos mueve al optimismo.

La creación de las «Asociaciones de Padres» y los «Consejos Escolares» como vehículos de participación más directa en la vida escolar por la LOGSE, provocó en unos casos la crítica, más o menos directa por parte de sindicatos profesionales y del profesorado, de injerencia en su labor profesional o ha sido vista como un peligro para el mantenimiento de un estatus mal entendido, y en otros el intento por parte de algunos partidos políticos de utilizarlos como “armas” contra el enemigo, todo esto ante su convencimiento de la ausencia de organizaciones democráticas ciudadanas de padres adecuadamente preparadas para defender sin sectarismos la mejor educación para sus hijos; o, más sencillamente, ante la pasividad, producto de la comodidad, de algunas de ellas, vinculadas o promovidas desde su nacimiento a algunos, digamos sectores sociales, ya sean religiosos o económicos.

Y lo que es más grave aún, el profesorado, en general, no ha facilitado en la vida real de los centros –más allá de los cauces formales– el diálogo con los padres, considerándolos frecuentemente más como «entrometidos» que como colaboradores en la educación de los hijos-alumnos.

El diálogo más importante, el de profesorado con el resto de la comunidad educativa no pasa tampoco por sus mejores momentos: desinterés; aburrimiento; violencia creciente; profesores sin alicientes ni recursos pedagógicos suficientes para afrontar los problemas de comportamiento y de motivación con que se encuentran un día sí y otro también, y en cuyo origen, además de «los padres» y la «sociedad», también está, en muchas ocasiones, la propia escuela.

Un profesorado que en muchos casos ni tan siquiera ha leído el Programa de Calidad y Mejora de los Rendimientos Escolares, participando o no, solo de oídas.

De la urgente necesidad de un mayor diálogo de los poderes políticos y la sociedad, del profesorado, de los/as padres/madres, del alumnado, de la urgente necesidad de una mayor participación de todos los sectores sociales en la educación es de lo que en esta serie de artículos queremos hablar, a sabiendas de que la esperanza es el mayor enemigo de lo «imposible». Solo un mayor diálogo y una mayor participación solucionarán los problemas que en la actualidad plantea la educación en una sociedad cada día mas exigente y necesitada de personas bien formadas y educadas.

La participación y el diálogo solo se va a desarrollar empezando desde la base, la participación de todos y cada uno de nosotros en el estamento más cercano, la escuela.

El fortalecimiento, mediante el asociacionismo de todos/as los/as padres y madres en las Asociaciones de Padres es el primer y más importante paso para la mejora del sistema educativo, y si me permiten decirlo es un paso no solo necesario, sino imprescindible si queremos mejorar la educación.


El diálogo y la participación en la educación de sus hijos.

Una vez dado el paso anteriormente mencionado, por si alguien no lo ha entendido sería el que todos/as debemos pertenecer a la Asociación de Padres del centro donde estudien nuestros/as hijos/as, debe generarse en la Asociación un debate basado en el conocimiento de los deberes y derechos que tienen éstas como tal y los padres en particular.

Una vez tengamos claro como podemos ayudar, participar, colaborar, etc. será el momento de llevarlo a la práctica sin sectarismos y pensando que cualquier paso que demos debe ir encaminado a posibilitar una mayor y mejor participación en los temas educativos.

Que los padres participan en la educación de sus hijos es evidente: formal o informalmente transmiten valores, pautas de conducta, hábitos y actitudes. Por otra parte, esperamos de la escuela que los alumnos alcancen el máximo nivel competencial, «el máximo desarrollo de su personalidad», «la formación en el respeto de los derechos y libertades democráticas» o la «preparación para participar activamente en la vida social». Y esto no puede conseguirse al margen de lo que sucede en la familia, ni tampoco, no nos engañemos, al margen de los medios de comunicación o del entorno social. Si nos ceñimos al marco escolar únicamente, lo cierto es que hoy en día participar en la educación de los hijos ha adquirido, al menos formalmente, una nueva dimensión: participar en la escuela.


Modelos de participación.

Es difícil delimitar con claridad qué queremos decir cuando hablamos de «participación de los padres en la escuela», porque ¿Qué hacen realmente los padres en la escuela? ¿Qué deberían hacer? La respuesta a esta última pregunta es, sobre todo, una cuestión ideológica.

Si pensamos en un modelo según el cual lo deseable es que la familia delegue sus funciones educativas, la participación de los padres tiene un momento clave: la elección del centro escolar que más se ajuste a la ideología y las creencias familiares.

Teóricamente, y a partir de esa elección, bastará seguir las pautas que se fijen desde el mismo y esperar los resultados. Podríamos plantearnos de inmediato si es posible multiplicar y diversificar la oferta escolar a estos extremos y qué ocurre entonces con los centros públicos.

Si por el contrario, priorizamos los aspectos más «técnicos» de la educación y pensamos que la escuela debe ocuparse de instruir a los alumnos fundamentalmente, queda bien claro que los padres, como no-profesionales de la enseñanza podrán aportar bien poco. Su «participación» se circunscribirá a aquello que pueda complementar el trabajo escolar programado íntegramente por los maestros: talleres, explicación de algún tema relacionado con su profesión, facilitar alguna visita, acompañar a los alumnos en las salidas. En una línea mucho más pragmática, ocurre que la aportación de recursos económicos se convierte a menudo en otra forma de participar.

La penuria en que se han movido hasta ahora muchos centros públicos ha hecho que los padres colaboraran en la compra del material del centro o simplemente en el pago de monitores para actividades extraescolares, etc. Ya que cuando la escuela no cubre todas las necesidades de las familias, a las expectativas de los padres, se crean clases paralelas en horario extraescolar. Es la «escuela sumergida». Así los alumnos pueden aprender informática, técnicas de estudio o aquellos conocimientos «realmente importantes» para encontrar trabajo en el futuro. Tal vez hayamos simplificado excesivamente lo que es hoy la participación de los padres, de algunos padres.

En cualquier caso creemos que es posible una gestión participativa y un control democrático de los centros escolares, la pregunta deja de ser «qué podemos hacer los padres” y pasa a ser «qué podemos hacer entre todos» (la comunidad educativa). No se trata de que el profesorado o la Administración «ceda» o «pierda poder» ante los padres, sino de trabajar por unos objetivos comunes, cada uno desde su ámbito, propuestos y asumidos por todos. En estos momentos, sigue siendo difícil plantear este enfoque de la participación sin un trabajo paralelo de información, formación y reflexión dentro de cada colectivo.

Si los docentes, que en mayor o menor medida disponen de recursos y espacios propios, encuentran serias dificultades, qué no sucederá con los/as padres/madres o con el alumnado. Por eso adquieren tanta importancia las actividades y servicios para padres/madres que diferentes instituciones están desarrollando desde hace tiempo: Escuelas Activas, Servicios de Orientación y Asesoramiento, cursillos y actividades para las APAs, etc. En muchos casos se trata de iniciativas municipales, que dependen de departamentos de enseñanza, equipos psicopedagógicos, etc. en otros (en su mayoría en la actualidad) las Federaciones de Asociaciones de Padres y las Confederaciones de Asociaciones de Padres son las que se ocupan de la formación y dinamización de los padres.

Video de Youtube.

martes, 11 de mayo de 2010

Albóndigas con tomate


TIPO DE RECETAS: CARNES.

TIPO DE COCINA: FRITOS.

DIFICULTAD: FÁCIL.

TIEMPO DE PREPARACIÓN: 40MINUTOS.

COSTE ECONÓMICO: MEDIO.

NIVEL DE CALORÍAS: MEDIO.

TEMPERATURA DE SERVIR: CALIENTE.

TEMPORADA: TODO EL AÑO.

Ingredientes:

Para las albóndigas:

Un cuarto de kilo de carne de ternera picada.

Uncuarto de kilo de carne de cerdo picada.

Una cebolla grande picada.

Tres dientes de ajo picados.

Unas ramitas de perejil picado.

Dos huevos.

Pan rallado.

Harina.

Aceite de oliva virgen extra.

Sal.

Pimienta.

Para la salsa:

Aceite de oliva virgen extra.

Un diente de ajo.

50 gr de cebollas.

1 zanahoria.

200 gr de tomate triturado.

Sal.

Azúcar.

Laurel y tomillo.

Medio vaso de vino blanco.


Técnica de preparación:


Ponemos en un cuenco todos los ingredientes excepto la harina y el aceite de oliva, y amasamos. Una vez amasado, formamos bolas que mojamos en un huevo batido y pasamos por pan rallado y enharinamos y freímos en abundante aceite. Se sacan y secan en papel de cocina.

Para hacer la salsa ello picamos la cebolla y la zanahoria y las pochamos, salamos, añadimos el tomate y dejamos hacer, a fuego lento, 10 minutos, añadimos el vino blanco, rectificamos el punto de sal, acidez y espesor. Añadimos las albóndigas, cocemos 5 minutos, añadimos una hoja de laurel y un poco de tomillo y listo para degustar.

Si está un poco ácido le podemos añadir un poco de azucar.

Variaciones:

Le podemos añadir a las albóndigas 100 gramos de jamón serrano picado. Le da a las albóndigas un sabor excepcional.

Esta receta de albóndigas con tomate se puede acompañar de unas patatas cocidas, para evitar el exceso de fritos en la dieta.




lunes, 10 de mayo de 2010

Alimentos funcionales

Alimentos Funcionales son aquellos alimentos que son elaborados no sólo por sus características nutricionales, sino también para cumplir una función específica, como puede ser el mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades, agregándoles componentes biológicamente activos, como minerales, vitaminas, ácidos grasos. etc. A esta operación de adición de nutrientes exógenos se le denomina fortificación.

Este concepto se basa en el potencial que tienen los alimentos en detener el aumento de las enfermedades crónicas en la población. Reducen riesgos de hipertensión o diabetes, disminuyen el colesterol, mejoran las defensas, retrasan el envejecimiento y ayudan a mantener un buen estado físico.

Las características de un alimento funcional son las siguientes:

  • Su consumo no posee efectos nocivos.

  • Cuenta con propiedades nutritivas y beneficiosas para el organismo.

  • Disminuye y previene el riesgo de contraer enfermedades, además mejora el estado de salud.

Entre los alimentos funcionales se encuentran los Probióticos, son microorganismos vivos adicionados a un alimento, que en concentraciones óptimas, ejercen un efecto benéfico en la salud humana. Ya sea por estimulación selectiva del crecimiento y/o actividad de una o un número limitado de bacterias en el colon.

Las bífidobacterias BIFIDOBACTERIUM LACTIS y las bacterias ácido-lácticas LACTOBACILLUS ACIDOPHILUS, LACTOBACILLUS PARACASEI, son las más estudiadas y utilizadas como Probióticos.

Algunos efectos investigados de los Probióticos son los siguientes:

  • Producción y aumento en la biodisponibilidad de vitaminas B1 - B2 - B6 – B12, niacina, biotina, ácido fólico, ácido pantoténico.

  • Mayor bio-disponibilidad de minerales como el calcio, hierro, cobre, zinc, y magnesio en alimentos con adición de probióticos.

  • A través de diferentes mecanismos presentan actividad anti-microbiana.

  • Efectos hipocolesterolémicos.

Para que consideremos que un alimento es funcional ha tenido que realizarse durante su procesado alguna de las siguientes operaciones:

1.- Eliminación de un componente alimenticio conocido como causante o determinante de una enfermedad, v.gr. la eliminación de la lactosa de ciertos productos lácteos.

2.- Incremento en la concentración de un componente alimenticio. Esta operación de fortificación, o añadidura de un componente activo, hace que la dosis diaria del mismo se acerque a las recomendaciones de los organismos reguladores, lo que a la larga redundará en una disminución de riesgos de enfermedad.

3.- Adición de un componente que no está presente en la mayoría de los alimentos.

4.- Reemplazo de macronutrientes.

5.- Incrementando la biodisponibilidad o estabilidad de un componente conocido con el objeto de producir un efecto funcional o reducir la aparición de enfermedades.

Se ha observado en estudios realizados en animales, una inhibición en el crecimiento tumoral, o una eliminación total, y la hipótesis plantea que esto se da porque hay acciones sobre el sistema inmune.

La producción de ácidos que provocan los Probióticos estimula el peristaltismo intestinal reduciendo el tiempo de tránsito de las heces, por lo tanto se consideran útiles para la profilaxis y tratamiento de disturbios intestinales.

Algunos ejemplos de Alimentos Funcionales que se pueden encontrar en el mercado son: Yogur , Leche fermentada, Kefir , quesos, margarinas, huevos enriquecidos con omega 3, entre otros.

Estos productos, entre otros, equilibran la flora intestinal, protegiéndola de bacterias nocivas y de toxinas, como así también, refuerzan las defensas naturales.

En el tracto intestinal es donde tales microorganismos, ejercen una importante función, actuando beneficiosamente a favor de nuestra salud.

Cuando se ingieren capsulas o suplementos alimentarios, existe una gran probabilidad de que dichas bacterias no lleguen vivas al tracto intestinal. Sin embargo si ingerimos alimentos que las contengan como es el caso del yogur, un alimento constituido por una base proteica, con una consistencia semisólida, lo que le permite a las bacterias PROBIOTICAS llegar al intestino humano intactas y vivas.

Los dietistas advierten sobre su consumo y las propiedades que se les atribuyen, deben ser tomados como parte de una dieta equilibrada y de ninguna forma sustituirla, estudiándose en la actualidad las consecuencias de su consumo a largo plazo.

Wikipedia.

Banco de imágenes y sonidos ISFTIC.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Cazuela de fideos

TIPO DE RECETAS: CREMAS Y SOPAS.

TIPO DE COCINA: COCIDO Y SOFRITO.

DIFICULTAD: FÁCIL.

TIEMPO DE PREPARACIÓN: 1 HORA.

COSTE: ECONÓMICO.

NIVEL DE CALORÍAS: BAJO.

TEMPERATURA DE SERVIR: CALIENTE.

TEMPORADA: TODO EL AÑO.

Ingredientes para una persona

100 g. Fideos

30 g. Rosada

10 g Patatas

0.5 g Ajo

5 g Cebolla

5 g Pimiento verde

5 g Tomate natural

Caldo de pescado o agua.

Unas hebras de azafrán o una pizca de colorante.

Una hoja de laurel.

Unos granos de pimienta negra.

Una pizca de eneldo.

Una pizca de pimentón.

Una cucharada de aceite de oliva virgen extra.

Sal yodada

Técnica culinaria

En primer lugar se realiza un sofrito con el ajo, la cebolla y el pimiento verde. Una vez dorados, se añade el tomate natural y se fríe. Cuando el sofrito está terminado se pasa por la batidora. Se añade agua y colorante, hasta que hierva. Es en este momento cuando se añaden las patatas y los fideos, dejando que cuezan. Se pone a punto de sal. Cuando las patatas y la pasta están a punto, se añade la rosada cortada en tacos para que cueza. Probar de sal y si hace falta, añadir. El plato terminará de hacerse en unos 8 ó 10 minutos.

Servir en platos soperos, decorando con unas hojas de perejil.

Variaciones

Preparar unas alcachofas quitando las hojas exteriores más duras y quitando la base con un cuchilla, cortamos en trozos medianos y los introducimos en un cuenco cubiertos de agua con limón, para que no ennegrezcan.

Antes de incorporar el agua podemos añadir una hoja de laurel, unos granos de pimienta negra y una pizca de eneldo.

Podemos sustituir el agua por caldo de pescado y añadir una pizca de pimentón dulce y las alcachofas.

Por último además de incorporar la rosada, podemos añadir unos calamares y unas almejas, y casi al final cuando falten dos o tres minutos unas gambas.

Se pueden añadir otras verduras y sustituir las almejas por coquinas, ya que es un plato que admite muchas variaciones.

Comentarios

Es un plato típico de la dieta mediterránea, es muy completo desde el punto de vista nutricional, apto para toda las personas que no padezcan alergia al pescado o sean celíacos, pero no está recomendada para las personas con ácido úrico o con problemas de estómago.